viernes, 19 de junio de 2015

¿Qué es el flato?

Seguro que conoces el molesto dolor del flato, pero no sabes el motivo. En esta entrada te damos algunos trucos para evitarlo.
Estamos entrenando o compitiendo, nos motivamos, empezamos a acelerar el ritmo o viene una cuesta en nuestra ruta y aparece un clásico en nuestros comienzos de runner… ¡EL FLATO! Pero… ¿Qué es el flato y cómo evitarlo?

No hay una descripción universal para definir este dolor, pero desde la comunidad médica se habla de dolor abdominal transitorio vinculado al ejercicio físico y considerado como un dolor benigno, aunque muy molesto. Curiosamente, es un dolor con una relación inversamente relacionada con la edad, es decir, cuando más edad tengamos menos posibilidad de sufrirlo tendremos.

Ya que no existe una teoría definitiva para saber cómo se produce, vamos a pasar a saber cómo evitarlo.

·         Puesto que es un dolor que se produce en el estómago, trataremos siempre de comer dos horas antes de realizar la actividad deportiva, como mínimo, ya que así minimizaremos el riesgo de que este aparezca. También a la hora de beber agua, daremos pequeños sorbos, para así evitar hidratarnos en exceso y el encharcamiento de agua del estómago.
·         Será muy importante tener un buen control de la respiración, y que esta sea constante, porque debido a los cambios del terreno o a algún cambio de ritmo que vayamos a hacer, si tenemos una buena respiración inhalando por la nariz y expulsando por la boca conseguiremos que el flato no aparezca.
·         Otro punto importante será intentar reducir las oscilaciones por lo que será necesario disponer de una adecuada amortiguación. En este punto entran en juego la técnica de carrera y el calzado. Además, si mantenemos una correcta posición de la espalda podremos disminuir la vibración de las vísceras.

Pero, si no hemos podido evitarlo y el dolor ha aparecido, ¿qué podemos hacer? Aquí tenemos varias opciones dependiendo del grado en que el dolor nos haya aparecido.

·         Si el dolor es leve, acentuaremos todavía más nuestra respiración con inhalaciones por la nariz y expulsiones profundas. También podemos presionar la zona donde existe el dolor mientras levantamos la mano contraria a la del dolor de este, y claro está bajando el ritmo y haciendo las respiraciones. La tensión entre los músculos del abdomen ayudará a que las vísceras no sufran tantas oscilaciones. También inclinar el tronco ligeramente y presionar la zona en la que sentimos la molestia puede servirnos. Aunque se trata de un gesto innato, en muchos casos funciona, y hace que el flato desaparezca a los pocos minutos.

·         Si el dolor es fuerte, es recomendable que paremos la actividad.



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