martes, 28 de junio de 2016

¡Bienvenidos a Fruthor!

Ingerir alimentos nutritivos combinados con actividad física diaria es la mejor manera de mantenernos en forma. Podemos comer de forma sana, pero si no realizamos actividad física estamos abocados a tener problemas de salud. Lo mismo sucede si la relación es a la inversa, cuando realizamos actividad física pero comemos mal. Los beneficios de una alimentación equilibrada y el ejercicio van más allá de la simple belleza, y llegan al campo de la salud, a través de la prevención de enfermedades del corazón, cáncer y otras afecciones.

Comer saludable ayuda a vivir más y a tener una mejor calidad de vida.Reduce el colesterol, triglicéridos y presión arterialdisminuye la aparición de enfermedades cardiovasculares, ayuda a mantener el sistema inmune y brinda la energía necesaria para todo lo que se realiza en el día (trabajo, estudios, deporte…). 
Los estudios científicos demuestran que en los casos de exceso de peso no solo hay un bajo consumo de lácteos, hortalizas y frutas (junto a un elevado consumo de alimentos de alta densidad energética y bebidas con azúcar), sino que un alto porcentaje de niños no realiza actividad física fuera del colegio.
La escasa actividad física está asociada a un elevado número de horas frente al televisor, ordenador, videojuegos o en otras actividades sedentarias que los hábitos de vida actuales parecen propiciar. La Organización Mundial de la Salud estima que los estilos de vida sedentarios son una de las diez causas fundamentales de mortalidad y discapacidad en el mundo.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que los niños y adolescentes realicen al menos 60 minutos diarios de actividad física moderada o vigorosa, que puede ser deporte, pero también juego activo.

Incluir la práctica de cualquier deporte en nuestra rutina diaria incrementa la energía para trabajar y estudiarmejorar la capacidad para conciliar el sueñotonifica los músculos y articulacionescombate la ansiedad, la depresión y el estrésreduce la aparición de enfermedades cardiovasculares, aumenta la resistencia al agotamiento, regula el estreñimiento e incrementa la autoestima.

Los niños que tienen sobrepeso suelen tener una baja autoestima
, mayores niveles de ansiedad y depresión. A su vez, la práctica de juegos y deportes favorece no solo la salud y el control de peso, sino también bienestar psíquico y social. En definitiva, también se ha encontrado una asociación inversa entre los niveles de actividad física y la prevalencia de trastornos mentales.

Por encima de todo debe ser el niño, dentro de unos límites, el encargado de elegir el deporte o deportes que va a practicar. Por lo general, el niño querrá practicar un deporte en concreto influenciado por sus amigos, los medios de comunicación, el entorno que le rodea, etc. Sea como fuere, el ejercicio regular favorece el buen desarrollo físico y mental de los niños.

El deporte también ayuda a los niños a integrarse más socialmente y aadquirir unos valores fundamentales, además de colaborar en el correcto desarrollo de sus huesos y músculos. A continuación, detallamos un listado con el beneficios que puede suponer para los alumnos o hijos practicar deportiva y acompañarla con una saludable dieta rica en frutas y hortalizas. 
  • Introduce al niño en la sociedad.
  • Le enseña a seguir reglas.
  • Le ayuda a abrirse a los demás y superar la timidez.
  • Frena sus impulsos excesivos.
  • Fomentará en el niño la necesidad de colaborar por encima del individualismo
  • Le hará reconocer, aceptar y respetar que existe alguien que sabe más que él.
  • Produce un aumento generalizado del movimiento coordinado.
  • Aumenta sus posibilidades motoras.
  • Favorece el crecimiento de sus huesos y sus músculos.
  • Puede corregir posibles defectos físicos.
  • Potencia la creación y regularización de hábitos. 
  • Desarrolla su placer por el movimiento y el ejercicio.
  • Estimula la higiene y la salud.
  • Le enseña a tener ciertas responsabilidades.
Los niños más pequeños están en la mejor época para establecer unos hábitos saludables, por lo que animarles y acompañarles en su actividad física diaria es nuestra responsabilidad. La mejor manera de hacerlo: divertirse jugando, bailando, paseando a buen ritmo o practicando algún deporte… Hay mil maneras de moverse y estar más sanos.

En definitiva, la realización de actividad física junto a una adecuada alimentación es una de las claves para prevenir la obesidad infantil. La combinación de ambos factores hará que los niños crezcan sanos y felices. Y, recordad, los hábitos saludables deben mantenerse en todos los momentos de la vida, en la infancia y también en la edad adulta.


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